Por Sebastian
Mi trabajo como oceanógrafo en esta expedición es básicamente obtener los parámetros físico-químicos de la columna de agua, para ello se utiliza un instrumento llamado CTD, el cual es capaz de dar los valores de algunos parámetros tales como la temperatura o salinidad a una presión (profundidad) determinada. El trabajo de obtener la información es algo fácil, el instrumento pesa alrededor de 40 kilos y se cuelga mediante un cable o cuerda el cual desciende por la borda de la nave, a una velocidad constante. La profundidad a la que desciende depende de cuál es el valor obtenido por el sonar de la nave, generalmente se desciende el CTD 5 metros antes de que toque el fondo marino. Prácticamente lo más complicado es contar los metros que desciende en el mar para así evitar que choque en el fondo, por un descuido.
La parte mas complicada es comprobar que la información obtenida sea correcta. No hay manera de saber hasta procesar la información mediante un ordenador que todo este en correcto orden. Toma algo de tiempo pero la información obtenida es muy importante para futuras investigaciones, se puede saber los cambios en el tiempo, de cómo las variables cambian en profundidad o a lo largo de grandes distancias, detectar fenómenos anormales, etc. Las variables son la temperatura, la salinidad, el oxigeno disuelto, fluorescencia, todos dependientes de la presión del agua (profundidad).
Durante la expedición el trabajo es rápido y toma menos tiempo en procesar la información, comprobando asi que los datos sean correctos.
Errores los hay, claro: mala calibración, datos erróneos por mucho oleaje, olvidar quitar la tapa de los sensores. Pero al final mejoran cuando se gana más experiencia.
Una vez era martes, es difícil recordar los días de la semana en esta expedición, la vida aquí es algo diferente, uno se llega a acostumbrar el estar en espacios tan pequeños, básicamente un paseo en cubierta es algo cotidiano aunque mirar el horizonte también lo es, esperando a lo lejos divisar algo fuera de lo cotidiano. Mi tiempo pasa lento al estar desconectado del mundo, la Patagonia es realmente hermosa como si no existiese el pasado ni el futuro. Los días en general no son para nada buenos, casi siempre fuertes vientos y lluvias, que aunque leves cambian completamente los planes del día. Mi trabajo aunque rutinario es algo entretenido dependiendo de cómo este el tiempo. Manejar un CTD no es para nada complicado como dije, toma algo de tiempo procesar la información pero a la larga se hace más rápido, lo que da tiempo para simplemente ayudar en algo o solo mirar el mar, que parece igual que siempre. Colocar el CTD en posición es algo rápido en condiciones normales, pero aquí en Patagonia se vuelve algo riesgoso en especial cuando el barco se mueve de un lado a otro, todo depende del viento más que la lluvia. Siempre hay que esperar una durante el día, pero el viento es lo que determina si la tarea del día fue exitosa.
Este día parecía que todo iba a salir bien, se esperaba que los vientos se calmasen paso el mediodía. Salimos del fondeadero en Seno Newman, a eso de las 13 hrs, aun con lluvia, separados en dos grupos, uno en dirección a la playa con el sodiak para el trabajo con os esqueletos de ballenas y nosotros en dirección sur a nuestra primera estación del día, el oleaje era algo intenso, al igual que a lluvia que en ese momento no nos preocupó. Pasada una hora el viento no paraba, de hecho parecía empeorar. Aun así seguimos con nuestra tarea, sacamos el CTD de la cabina y lo llevamos a proa para colocarlo en posición, sin embargo terminamos empapados completamente, no por la lluvia en sí, sino más bien por el fuerte oleaje que había. Lamentablemente era muy riesgoso y abortamos la tarea. El retorno al mismo fondeadero fue lento, llegamos a eso de las 16 hrs, para descubrir que también la misión del grupo que se dirigía a la costa también fue abortada por el fuerte oleaje. En resumen, el día fue un fracaso para ambos grupos. Toda esa pérdida de tiempo y el riesgo para volver derrotados, sin ningún tipo de información, y para variar empapados completamente. Deberemos intentarlo más tarde cuando todo se “calme” un poco.
Además, como parte de nuestro descuido al retornar al fondeadero, a tapa de la caja del CTD, desapareció. En qué momento, nadie se lo explica, nadie se percató cuando se voló con el fuerte viento y oleaje. El problema es que la caja se llena de agua todos estos días. Para nada fue un buen día